martes, 24 de abril de 2007

¿Para qué todo esto?

Un banquero se va de viaje a Marruecos y en un lado de la carretera se encuentra a un marroquí tomando el sol con un huevo de gallina al lado y le dice:

- Qué haces?

- Tomo el sol y vendo huevo - contesta el marroquí.

- Oye, ¿y por qué no vendes más huevos?

- ¿Para qué?

- Pues mira, si en vez de vender un huevo vendieras una docena y viniera cualquier persona que quisiera más de un huevo, tendrías los suficientes como para vendérselos y ganar así más dinero...

- Ah! está bien esto.

- Claro, fíjate... Tu pruebas lo de vender 12 huevos y si te funciona, al día siguiente traes 24...

- Y luego?

- Pues mira, luego quizás ya tienes suficiente dinero para construirte una pequeña tienda y poder guardar hasta 200 huevos en la tienda...

- Ah! Qué buena idea...!

- Sí sí, y si te funciona bien la cosa puedes contratar a un trabajador que venda los huevos por ti y tú abres otras tiendas de huevos por la ciudad...

- Ah! Y entonces qué?

- Pues si te van muy muy bien las cosas, puedes montar una cadena de tiendas por todo tu pais y ganar un montón de dinero!!

- Bueno bueno, y entonces?

- Pues luego puedes contratar a alguien para que lleve el negocio entero por ti, así que tendrás todo el tiempo que quieras para irte de viaje como yo, que estoy en Marruecos tomando el sol... Te podrás dedicar principalmente a tomar el sol y además tener un negocio de huevos!

- Ah Claro! Como ahora: Tomo el sol y vendo huevo.

Siento no haber dado explicaciones antes, al publicar la entrada...

La relación que yo encuentro con la asignatura está en que el mundo empresarial y la competitividad PUEDEN (no digo que siempre sea así ni mucho menos!!) llevarte a bucles de insatisfacción personal y querer más y más para luego llegar al mismo sitio, o incluso peor... Al mismo sitio después de dar muchas vueltas y estar agotado.

Saber parar es igual de importante que querer arrancar, y creo que "parar" se tiene poco en cuenta en la planificación empresarial. Está claro que una empresa tiene como función ganar dinero, pero siempre debería tener en cuenta la condición humana de sus integrantes.

4 comentarios:

Toni Cañabate dijo...

El chiste no está mal, ya lo conocía. Lo que el chiste ejemplificador no dice es que el Banquero al año siguiente se va de vacaciones a Córcega y en cambio el marroquí, no puede irse a tomar el sol a Córcega o a Barcelona. No es que sea necesario o imprescindible para la felicidad tomar el sol en Córcega o en Barcelona, pero hay que tenerlo claro y aceptarlo. Si uno se hace hipies perfecto, genial, pero el paquete tiene seguramente más partes que las que desde fuera todos observamos como bucólicamente obvias.

Por ciero, podrías decirnos la moraleja, en relación con los temas que estamos viendo ahora en la asignatura. Es que no he sido capaz de encontrarla. Y de paso etiqueta la entrada.

Luis Barguñó dijo...

Ya lo he comentado y etiquetado.

Ignacio Francisco dijo...

El dinero no da la felicidad, pero bien que ayuda.
Como bien dice Toni, en Córcerga podrías tomar el sol, podrías comprarte crema para ahorrarte un cáncer, etc.

Toni Cañabate dijo...

Luís, creo que tu chiste va más del ser humano que de la empresa, la direcció y en particular la planificación. Va de los intereses del ser humano, sus avaricias y cómo, si no andamos con tiento, nos podemos hacer la picha un lío con tot plegat. El tema puede ser interesantísimo, pero sigo sin verle la relación con lo que estamos estudiando. El banquero puede ser un personaje alienado con mucha pasta y el vendedor de huevo (que no huevos) un sabio analfabeto, de esos que están iluminados sin saberlo.

Y es bonito que se encuentren y tengan esta conversación, igual el banquero se vuelve para Barcelona pensando en lo que le ha dicho el marroquí que vende un huevo. Pero lo que a nosotros nos interesa es cómo puede aplicar eso el banquero para de vuelta y en su despacho del banco dirigir a su gente para que “vendan un huevo”. Y de todo esto, perdóname por la sinceridad, la verdad es que no he visto ni huevo.

Muy por los pelos… y de planificación ya ni digamos